El vudú (o vodú) haitiano es una religión de la diáspora africana que se desarrolló en Haití entre los siglos XVI y XIX. Esta religión surgió a través de un proceso de sincretismo entre varias religiones tradicionales de África Occidental y Central y el catolicismo. No hay una autoridad central en control de la religión y existe enorme diversidad entre los practicantes, que se conocen como vuduistas, vuduisantes o serviteurs.
El vudú o vodú gira en torno a espíritus que reciben el nombre de loa (o lwa). Típicamente, derivan sus nombres y atributos de divinidades tradicionales de África Occidental y Central, y se equiparan con los santos católicos. Los loa se dividen en grupos diferentes, las nanchon («naciones»), de manera más notable los Rada y los Petwo. Se narran varios mitos e historias acerca de estos loa, que se consideran subordinados a una deidad creadora trascendente, Bondye. Esta teología ha sido llamada tanto monoteísta como politeísta. Como tradición iniciática, los vuduistas suelen reunirse para venerar a los loa en un ounfò (templo), liderado por un houngan (sacerdote) o una manbo (sacerdotisa). Un ritual central consiste en que los practicantes toquen tambores, canten y bailen para animar a un loa a que posea a uno de sus miembros y así comunicarse con ellos. Entre las ofrendas que se brindan a los loa están frutas, licor y animales sacrificados. También se brindan ofrendas a los espíritus de los muertos. Se emplean varias formas de adivinación para descifrar los mensajes recibidos de los loa. Rituales de curación y preparación de remedios herbales y talismanes también juegan un papel destacado.
El vudú o vodú se desarrolló entre las comunidades afrohaitianas en medio del comercio atlántico de esclavos entre los siglos XVI al XIX. Su estructura surgió de la mezcla de las religiones tradicionales de los esclavos llegados de África occidental y central, entre ellas las de los pueblos yoruba, fon y kongo, que fueron llevados a la isla de La Española. Allí, el vudú absorbió influencias de la cultura de los colonialistas franceses que controlaban la colonia de Saint-Domingue, notablemente del catolicismo pero también de la francmasonería. Muchos vuduistas participaron en la Revolución haitiana entre 1791 y 1804 que derrocó al gobierno colonial francés, aboliendo la esclavitud y transformando a Saint-Domingue en la república de Haití. La Iglesia Católica fue expulsada durante varias décadas tras la Revolución, lo que permitió que el vudú o vodú se convirtiera en la religión dominante en Haití. En el siglo XX, la creciente emigración extendió el vudú a otros países. A finales del siglo XX, se empezaron a crear vínculos crecientes entre el vudú y tradiciones relacionadas tanto en África occidental como en las Américas, tales como la santería cubana o el candomblé brasileño, a la vez que algunos practicantes influenciados por el movimiento Negritud han tratado de eliminar de la religión las influencias católicas.
Muchos haitianos practican el vodú o vudú en alguna medida, si bien típicamente practican también el catolicismo, sin encontrar ningún problema en practicar los dos sistemas diferentes simultáneamente. Existen comunidades de vuduistas más pequeñas en otros lugares, particularmente entre la diáspora haitiana en los Estados Unidos. Tanto en Haití como en otros países, el vudú se ha extendido más allá de sus orígenes afrohaitianos y es practicado por personas de diversas etnicidades. El vodú o vudú ha sido objeto de muchas críticas a lo largo de su historia y ha sido descrito repetidamente como una de las religiones más incomprendidas del mundo.